Prometí una entrada para explicar por qué Internet y Red de redes no son sinónimos. O no del todo, aunque a veces los utilicemos como tal y digamos, por ejemplo, «Estoy en la Red» o «Tengo presencia en Internet» indistintamente. La explicación me parece importante sobre todo para leer correctamente determinados informes estadísticos.
Vamos a ello. Internet cuenta con varios servicios que utilizan protocolos diferentes. Los tres más importantes son la World Wide Web (Red de redes), el correo electrónico y los servicios de FTP. El primero es el que solemos utilizar como sinónimo de Internet. Utiliza en protocolo http (o https, que es una ‘versión’ segura del http) y cualquier página web empieza por él. Página web en sentido amplio: los blogs, wikis, etc., también son páginas web. Ya sabes, todo lo que empieza por http://…… con o sin www. antes del nombre de dominio.
El correo electrónico también es un servicio de Internet. Funciona con protocolos SMTP, POP, etc. Os habréis topado con ellos cuando tratáis de configurar una cuenta de correo en un cliente de correo electrónico (Outlook o similar). Si utilizamos el correo electrónico, utilizamos Internet, pero NO la Red de redes. O no necesariamente. Otra cosa es que podamos enviar un correo desde una página web bien a través de un formulario, bien a través de un enlace directo desde una dirección de correo. Pero en el momento que enviamos ese correo, ya estamos utilizando sus propios protocolos, no el HTTP. Lo que estaríamos haciendo es utilizar el hipertexto para vincular un servicio con otro, pero no estamos sustituyendo un protocolo con otro.
En cuanto al FTP, se trata de un servicio de intercambio de archivos, generalmente pesados, y generalmente en el ámbito privado. Es decir, alguien pone a tu disposición una ‘carpeta’ en un servidor y te da unos datos de configuración o una dirección y contraseña para entrar. Esa dirección generalmente viene precedida por ftp://y.varios.numeros.separados.por.puntos. También puede ocurrir lo que con el correo, que podemos configurarlo como si fuera una página web. Es decir, lo que estamos haciendo es decir en qué carpeta de qué servidor está, asociado a un dominio. Pero el servicio sigue siendo FTP aunque lo vistamos de lagarterana.
Conviene tener esta distinción en la mente, decía, cuando se leen estadísticas o cuando utilizamos el térnimo. Datos de informes oficiales que dicen, por ejemplo, «El 99 por ciento de las pymes españolas utilizan Internet para los negocios» (me estoy inventando el titular, que conste). Leído así, puede hacernos pensar que el 99 pro ciento de las pymes cuentan con página web, nos brindan la posibilidad de comprar a través de sus plataformas, etc. Pues no: un titular así se referiría todo el ámbito de servicios de Internet, por lo que un bar cuyo dueño utilizase el correo electrónico para comunicarse con un proveedor ya estaría «utilizando Internet para los negocios».
Dicho de otro modo: siempre que usamos la Red de redes utilizamos Internet, pero cuando usamos Internet no necesariamente estamos en la Red.