Casi cinco lustros de trabajo en El Norte de Castilla, varios años de docencia tanto en la Universidad de Valladolid como en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, dos Premios Cossío (2012, en prensa impresa y 2018, en categoría digital), un Premio Fundación Vodafone, multitud de relatos en concursos literarios y horas y horas de lectura sobre cómo hacer buen periodismo, Antonio G. Encinas es capaz de hacer que tres horas de charla sobre la crónica narrativa se hagan cortas.
Ese podría ser el cómo de la sesión dedicada a este género en el Taller de Creación Periodística del Espacio 17 Musas, celebrada el pasado día 19, coordinado por Carlos Fidalgo y el que también participamos Sergio del Molino y una servidora.
El porqué tiene que ver con el bagaje que resulta de ese currículum del primer párrafo. Muchos conocimientos, trufados de ejemplos, en un taller en el que desgranó los aspectos específicos de la crónica, ese género periodístico pensado, a priori, para contar cosas se suceden en un período de tiempo.
Ocurre que cuando se aplican técnicas de la ficción literaria a la narración, el resultado es mucho más creativo y, aunque parezca paradójico, mucho más trabajado que un simple relato cronológico de hechos. Si el periodismo de largo aliento no fuera todo lo contrario al afán por el clic, lo que viene ahora podría titularse Las 14 condiciones de la crónica en el periodismo literario, en el resumen de Encinas:
- La crónica es un género interpretativo. No es opinión. El cronista interpreta los hechos que ha visto (o que le han contado testigos directos) basándose en su conocimiento del tema y en los datos que posee.
- El pacto con el lector es claro, rotundo y sin ambigüedades: “Nada de lo que escribo aquí es inventado”.
- La crónica es un género mestizo. Cabe casi cualquier género. Ander Izaguirre hace una descripción en verso del interior de una mina para poder expresar los sonidos que se escuchan; Agus Morales encuentra el modo de titular su historia gracias a la ayuda de un amigo poeta; Pedro Simón incorpora los diálogos, incluso con acotaciones teatrales para describir, sin abandonar el diálogo, el modo en que se comporta el entrevistado. El cronista construye poco a poco su propio estilo.
- Leer, leer, leer. Casi cualquier cosa. Hay referencias narrativas muy válidas en los cómics –la novela gráfica en España está en un momento dulce-, en editoriales como Libros del KO o Libros del Asteroide, en los periódicos impresos y digitales. Incluso en publicaciones extranjeras que nos permiten, aunque no sea nuestro idioma materno, observar modos de maquetar o de contar innovadores que después podemos tratar de aplicar. La poesía, que suele utilizar un lenguaje muy rico, amplía nuestro vocabulario. Las novelas utilizan estructuras narrativas que después, a pequeña escala, podemos adaptar (flashback, puntos de vista). En ese sentido, incluso el lenguaje cinematográfico nos ayuda.
- Escribir, escribir, escribir. El estilo se construye con el tiempo, conforme el periodista conoce el tema en profundidad y adquiere, a la vez, una voz definida. Escribir implica corregir. Implica también pedir ayuda al equipo, al resto de la sección, al periodista veterano, al lector crítico (a veces la pareja o el padre o la madre).
- No todos los textos admiten un tratamiento de periodismo narrativo. Si nos faltan datos o capacidad para interpretar la situación, es preferible ceñirse a los hechos conocidos.
- Lo primero es la información. Añadir figuras retóricas y estructuras complejas no tiene sentido, en periodismo, si no nos sirven para transmitir correctamente la información.
- Los datos son importantes. Deben incluirse. Normalmente, en las páginas o en la web se incluyen los gráficos que muestran todos los datos, así que lo mejor es no tratar de repetirlos todos, sino destacar los que son relevantes. Es preciso seleccionar.
- Esos datos deben entenderse. Deben contextualizarse. La macroeconomía, salvo que se trate de un periódico especializado, debe reconvertirse a microeconomía, por ejemplo.
- El rostro de la información siempre es importante. Los datos sin más dejan al texto falto de empatía.
- El título no es puramente informativo, sino que añade una carga de interpretación. Esbozarlo antes de escribir el texto ayuda a centrarse.
- El primer párrafo es el gancho necesario, la “operación de marketing”, que dice Martín Caparrós, para que el lector decida escoger nuestro texto y no otro. Atraer la atención es vital. Los grandes maestros acostumbran a buscar, antes que nada, ese primer párrafo que permita hilvanar el resto del contenido.
- La estructura de la pirámide invertida no es la más adecuada para una crónica. En su lugar, proponemos la de las “monedas de oro” que propugna Don Fry. Incorporar a lo largo de todo el relato pequeñas recompensas que lleven al lector hasta el siguiente párrafo, y luego al siguiente, y así hasta el final. Tampoco es preciso sujetarse al orden cronológico. La relevancia de los hechos debe prevalecer. Narramos algo que ha ocurrido en un determinado momento, pero eso no nos obliga a respetar ese orden temporal.
- El remate debe cuidarse tanto como el principio. A algunos autores les gusta la estructura circular, que ese final haga referencia a algo que se introdujo al principio. Otros rehúyen de ese cierre “redondito”. En cualquier caso no puede ser un final que deje al lector con sensación de que se ha cerrado en falso.
Algunas lecturas recomendadas por el ponente
Como no podía ser de otro modo, el profesor del taller ofreció algunas lecturas recomendadas para ampliar el tema. En ellas, además, es posible encontrar muchos de los ejemplos desplegados durante la sesión.
- ‘Lacrónica’, de Martín Caparrós, editorial Círculo de Tiza, 2015
Caparrós lo llama así, todo junto, ‘lacrónica’, y el libro es una colección de crónicas suyas, o retazos de ellas, que aplican la teoría sobre el proceso de escritura que va desgranando entre ellas. Un libro muy didáctico.
- ‘Crónicas bárbaras’, de Pedro Simón, editorial Kailas.
Recopilación de algunos de los mejores textos de Pedro Simón, periodista de El Mundo, entre ellos el de ‘Hugo, historia de un corazón’, que se analizó durante el taller. Un buen modo de estudiar su uso del diálogo y de la estructura narrativa.
- ‘Potosí’, de Ander Izaguirre, Libros del KO
Un libro breve, muy fácil de leer, en el que Izaguirre narra la historia de las minas de Potosí y su decadencia. La aparición de una niña minera le sirve para hilvanar todo el relato. Hay un epílogo que os gustará leer cuando lo acabéis, se publicó en la web de Revista 5W.
- ‘Obras completas’, de Manuel Chaves Nogales, Libros del Asteroide.
Esta editorial ha publicado la obra de Chaves Nogales. La colección completa es muy extensa, pero podéis optar por comenzar por alguno de los libros, ya que se han publicado por separado. Así, La vuelta a Europa en avión -incluye la reproducción de las páginas que se publicaron en Heraldo de Madrid- o A sangre y fuego son buenos puntos de inicio.
- ‘Zona de obras’, de Leila Guerriero, en Círculo de Tiza.
Es una de las referentes del periodismo hispanoamericano. En este libro aborda algunas cuestiones relativas al proceso de escritura. Muy interesante e instructivo. Puede que os lleve a buscar otros libros de la autora. Está descatalogado en España ‘Los suicidas del fin del mundo’, solo se puede encontrar pirateado en formato electrónico, pero se han publicado ‘Frutos extraños’ o ‘Plano americano’. El último, ‘Teoría de la gravedad’, lo ha editado Libros del Asteroide y es una colección de columnas.
- ‘Mejor que ficción’, ed. por Jorge Carrión. Editorial Anagrama.
Recopilación de crónicas de periodistas hispanoamericanos y un pequeño ensayo sobre el periodismo narrativo del propio Jorge Carrión, autor de interesantes libros de periodismo de viajes y de algún cómic periodístico como ‘Los vagabundos de la chatarra’, junto con el dibujante Sagar (Norma Editorial).
- ‘Cada mesa, un Vietnam’, VV.AA., Jot Down Books.
24 periodistas relevantes hablan sobre el oficio desde todas sus vertientes: la entrevista, el periodismo deportivo, el corresponsal en el extranjero…
Y por supuesto, los clásicos del periodismo narrativo y precursores:
- A sangre fría, Truman Capote (Anagrama)
- Operación masacre, Rodolfo Walsh (Libros del Asteroide)
- Nuevo Periodismo, Tom Wolfe (Anagrama)
- Retratos y encuentros, Gay Talese (Alfaguara)
- Relato de un náufrago, Gabriel García Márquez
Otras sesiones del taller
Puedes hacer clic en las citas de aquí abajo para acceder a las conclusiones de las otras tres sesiones del curso.