En nuestra reflexion sobre las desventajas de leer periódicos en tabletas apuntamos en primer luga la que hace Diego Areso tras ver The Guardian en un iPad: que los contenidos siguen siendo igual de caducos que en soporte impreso. Y es cierto. Los diarios para tabletas son versiones del periódico que se hace con la mente puesta en que la noticia se va a leer al día siguiente.
La pregunta que surge aquí, sin embargo, está llena de esperanza. Al menos, tal y como yo lo veo así, sin más datos que los que aporta soñar despierta, las posibilidades de leer el periódico el mismo día pasan por las ediciones vespertinas. Ya existen. Ya se hacen en grandes periódicos. En España, El Mundo incluso lanza ediciones especiales en Orbyt a primera hora de la tarde cuando el tema merece especial atención. La edición de El País de Madrid está cerrada a las nueve de la noche. ¿Qué impide difundirlas a través de iPad? Pues como un simple PDF de la edición en papel, nada. Sobre todo, si en su versión para tabletas también se cobra, que sería el principal escollo por aquello de no hacerse la competencia uno a sí mismo, argumento que muchos directivos de medios han sostenido (y sostienen) en lo que respecta al volcado de contenidos en su página web.
Otra cosa distinta es que queramos aprovechar las características del iPad para ofrecer un diseño mejorado, acorde con las posibilidades de la plataforma. Entonces la cuestión pasa por dos posibilidades: el desarrollo de herramientas que permitan una especie de «automaquetado», de adaptación del periódico para ser leído de forma indistinta vertical u horizontalmente, por ejemplo. Indagaremos en esta cuestión en otro post.
O bien la posibilidad que más me gusta personalmente: la perspectiva de que el papel deje de ser el soporte principal (al menos en los diarios) y el ahorro considerable de tiempo y costes de impresión y distribución revierta en un buen equipo de maquetadores que hagan periódicos que estemos deseando leer tras el trabajo, tirados en el sofá, tableta en mano. Y ya, por pedir, en un equipo de redactores que puedan profundizar en los temas. Y dejémosle la carrera de la inmediatez a las ediciones web de los medios, a las agencias y a los ciberperiódicos; y dejémosle la distribución de notas de prensa a los gabinetes de comunicación; y dejémosle la conversación a las redes sociales.