Pues no podría estar mejor definido. Sí. Una tecnología que sirve para hacer virguerías con la comunicación, resulta que entra en colisión con la práctica más necesaria de la comunicación de masas: el periodismo. Necesaria, al menos, cuando se desarrolla con honestidad. Si no, pasa a ser la práctica más necesaria para la propaganda.
Apreciaciones personales aparte sobre el declive del periodismo como elemento de vigilancia política, me he encontrado esta mañana, a través de un tuit de Ramón Trecet (@trecet), un formidable estudio. Se llama ‘Riptide‘ y es un proyecto del Joan Shorenstein Center on the Press, Politics and Public Policy, un centro de investigación de la Universidad de Harvard.
Confieso que aún no me lo he leído entero (soy muy lenta con el inglés), pero por lo que he visto hasta hora es un trabajo de análisis de la realidad magnífico.
Lo que más me llama la atención antes de pasar de la lectura de la tercera página, y tras navegar un poco por el proyecto, es su formato. Es curioso que se autocalifique como «una historia oral». Tal vez porque recoge elementos de 61 entrevistas a importantes representantes del mundo de la comunicación estadounidense. Pero está presentado en un microsite, y aquí viene lo mejor de la forma, con un diseño adaptable a cualquier pantalla genialmente resuelto. Y no me refiero a que se autorredimensione según el tamaño, sino que su lectura es igual de fácil en la pantalla de un ordenador o en la del smartphone, sin necesidad de una app ad hoc.
Ya hay muchos productos informativos que recurren a este tipo de presentación, pero no siempre se llevan bien con todos los soportes. Los mejor adaptados para tablets o smartphones tienen grandes carencias en la pantalla de un ordenador. Creo que es un excelente ejemplo de cómo presentar contenidos versátiles para múltiples dispositivos.
Buen artículo! Gracias.. Jemima Bastien Elizabeth