Voy a inventarme un ejemplo:
Querías crear un contenido que se publicara en la sección de actualidad y, de paso, al hacer clic, pasara a la sección de ‘artículos leídos’. «Y si pudiera ser, Álvaro (le decíamos al desarrollador), que el titular se ponga en naranja, como leído, pero que pase a rojo cuando desaparezca de la página de incio y que se ponga verde cuando alguien lo enlace desde fuera».
Álvaro levantaba la vista del ordenador (que no las manos del teclado), te miraba de reojo con sus ojos verde zamorano, y con una medio sonrisa que jamás se dibujaba en esos casos (la tenías que adivinar), contestaba:
«Y quieres que todo eso la página lo haga automágicamente, ¿no?».
Álvaro Remesal Royo, con quien tuve el placer de trabajar varios años, se inventó el término con el que muchos de sus compañeros, ya en otras empresas, seguimos entiendiéndonos a la perfección cuando hablamos de ciertos desarrollos.
Automágicamente. Grande, Álvaro.
La palabra de moda cuando me pedíais algo jejeje. Aunque realmente yo no la inventé, es una palabra más o menos habitual en el mundillo de la informática. Creo recordar que la primera vez que la leí fue en algún manual del kernel de Linux, supongo que a finales de los 90 o principios de los 2000. Además, hace años había una aplicación en Linux llamada precisamente Automagic, que era un conjunto de herramientas y asistentes para facilitar algunas tareas de administración de sistemas Linux de forma… sí, automágica; recuerdo haberlo usado hace muchos años para configurar impresoras en Linux.
En inglés «automagically» es de uso bastante más habitual, y se viene usando desde los años 70 en informática, aunque la palabra «automagic» parece que apareció por primera vez en los años 40 en un anuncio publicitario de una especie de plancha para camisetas (http://www.urbandictionary.com/define.php?term=automagically)
Bueno… yo la aprendí de ti, y me parece preciosa y súper útil. 🙂